El tapenade es originario de Provenza, antigua provincia al sudeste de Francia.
Ideal para tostas, aliño de pastas y aderezos.
Es un condimento elaborado con alcaparras (de Toulon), pasta de anchoas y olivas negras majadas en un mortero, sazonado con aceite de oliva, limón, hierbas aromáticas y en ocasiones, con un toque de brandy.
Sin seguir la receta tradicional la hemos realizado con tomates secos, dándole un sabor más característico.
Elaboración:
Lo primero que tendremos que hacer será rehidratar los tomates en agua caliente, el tiempo dependerá del producto, pues no todos los tomates secos responden igual. Cuando los veamos tiernos, los escurrimos y los ponemos en el recipiente que se vaya a utilizar para triturar y hacer el tapenade, puede ser en el mortero si lo vas a hacer a mano, en un robot de cocina, o sencillamente en el complemento para triturar de la batidora de mano.
Ahora deshuesaremos las aceitunas y las añadiremos al anterior, pudiendo utilizar la variedad aragonesa arrugada si quieres un sabor más intenso, o las aceitunas negras normales que resultan más dulzonas. A continuación pela los dientes de ajo, retírales el germen e incorpóralos también.
Incorpora la anchoa, la albahaca, el orégano, el zumo de limón, el azúcar y la sal y finalmente un chorro de aceite de oliva.
Tritura hasta que todos los ingredientes formen una pasta y puedes rectificar después añadiendo un poco más de aceite para aligerar y emulsionar ligeramente. Rectifica también si fuera necesario de sal o azúcar, ésta ayudará a equilibrar la acidez del tomate. Puedes añadir también un golpe de pimienta recién molida si te gusta darle un toque de picor.